Cuando lo único que necesitas es escuchar esa frase.

Porque sabes que eso lo cambiaría todo. Sabes que solo una mirada te haría rememorar cada sensación. Te haría recordar el por qué de cada lágrima, de cada decepción, de cada desilusión. Ahí es cuando te pararías a pensar en todo lo que añoras, lo que necesitas, lo que precisas conseguir. Aquello por lo que tantas veces te has comido tu orgullo. Aquello que por más que intentaste remediar no pudiste lograr. Quieres que sienta lo que tu viviste, quieres decirle todo lo que un día no pudiste.

Y cierras los ojos para regresar a él. Cierras los ojos para evitar ver la realidad, que no, que no volverá a ser lo mismo, que lo que un día fuisteis no regresará. Que si no lo supiste aprovechar sabes que otra lo hará.
Ahora toca comenzar a aceptar la verdad. Y
Ahora toca comenzar a aceptar la verdad. Y es que será un paso difícil en el que tendrás que afrontar tus propias mentiras, tu estoy bien todo olvidado; pero es que en lo más hondo aun retumba su risa, sus labios, sus libretas coloreadas su simple brillo en los ojos cuando decía te quiero retumbará quizás durante meses y tu no podrás parar porque te has subido a un nuevo tren sin parada siguiente en donde estas sola porque el  quien compro el billete prometiendo que nuca bajaría lo ha hecho en la anterior parada sin pensárselo dos veces dejándolo todo y con una nueva ciudad por recorrer, asume nunca cogerá el mismo rumbo y si eso cuesta lagrimas, tiempo, amigos pero siempre deja huella algo importante